La nueva generación de escritorios (Unity, Gnome 3, Windows 8...) se ha desligado del paradigma tradicional, que se basaba en la navegación por menús. Por ejemplo, en Windows XP, para abrir un programa que habías instalado, pulsabas el botón de Inicio, seleccionabas "Todos los programas" y buscabas lo que querías en el menú que se desplegaba.
La nueva generación de escritorios se basa en la búsqueda de texto. Si en Gnome 3, por ejemplo, quiero abrir la calculadora, accedo al botón "Actividades" (o pulso el mal llamado botón "Windows" del teclado) y escribo directamente las primeras letras de lo que busco, en este caso, empezaría a escribir "calc...". El sistema te muestra los programas cuyo nombre encaja con ese patrón.
Realmente es una forma de trabajar bastante más cómoda que la navegación por menús, al menos para mi gusto.
En Gnome 3 me ha gustado mucho la característica "escritorios dinámicos": ya no tienes que decir cuántos escritorios quieres, sino que van apareciendo a medida que los vas utilizando.
Un punto que personalmente no me gusta es el hecho de que, por defecto, las ventanas sólo tengan el botón de cerrar. Aunque hay atajos de teclado para maximizar y minimizar, se echan de menos los botones.
Para activarlos, basta con seguir los pasos que podéis ver en este vídeo.